I Antología del Movimiento Internacional de Escritoras "Los puños de la paloma"

Sylvia Riestra (Uruguay)


(Montevideo - Uruguay). Poeta, ensayista.
Libros publicados: Pliegos de arte y poesía, Delmira y su mundo, Estruendo mudo, Ocupación del miedo, La casa emplumada, Entre dos mares, Palabras de rapiña.


reformas

quién sería más feliz
con una pared aquí
desde dónde atrapar el sol
que no se escape el día ni el calor
plantas reductos refugios terrestres
rejas contra las pesadillas
¿cuántos cuartos? ¿más hijos?
integrar la cocina: esa química del equilibrio
- crecimiento embriaguez fastidio –
una escalera alta
un descanso amplio para la madre
para que recuerde su cara sus paréntesis
que repase sus costurones su perímetro
las líneas de su horóscopo
el espacio de la madre
tan fácil tan dulce de penetrar de invadir
tan cómodo para todos
difícil transformar la realidad
el papel es menos conflictivo
y se lo lleva el viento


secretos de familia

I

Hay una forma de no estar
en las mujeres de algunas familias
todas o casi todas
unas más otras menos
tienen un cierto aire
de abstracción de fuga tangencial
es un cromosoma
que crece debajo de las alas
en el caudal del apuro
en la ausencia de los ojos
en ciertos gestos
y sobre todo
en larguísimas conversaciones
sobre nada
se manifiesta en la adolescencia
- o antes -
se trasmite cristianamente
en forma de virtud
de renuncia o de resignación

a veces puede mutarse en rebeldía
otras en vocación
pero no es difícil oír
el esfuerzo colectivo familiar
- solidario o cómplice -
para acallar ese cromosoma
que sangra y no se detiene


mujeres

son tantos los obstáculos
para llegar a ese lugar pequeño solitario

mujeres de tez oscura
cuidan una fuente que allí nace
o lo que de ella brota
o sus alrededores
o su propio cuidado
y no se sabe si es fuego agua piedra
o tan sólo aire

pero las mujeres
cuidan velan encienden sostienen


“Pesadora de perlas”


a Vermeer

parece tan serena segura
tan delicado sencillo el gesto
¿será una pose?
¿acaso una intención del pintor
de verla de engañarse
de retratar un ejemplo
doblegar una naturaleza?

por más que me empeñe
no alcanzo su pulso
ni mis manos
la dignidad de ese equilibrio

- platillos con perlas -

en uno pondría
la preparación inexcusable del plato diario
la exigencia de ánimo
el cumplimiento impostergable de horas destinadas
sílabas infantiles emergentes

y en el otro,
la conciencia de este vaivén
la reinvención del cuarto propio
la palabra que diera dimensión
de este desafuero

sucesivos
un platillo baja y otro sube
desbordantes inestables
acompasando
los requerimientos del instante
las voces propias las de los otros
la misma gravedad

reparto difícil conflictivo acusatorio
y para el que no hallo
sistema preciso ni aproximado de medición
ni punto medio ni fiel
ni compatibilidad
sino un nuevo sucesivo sentimiento de culpa
a cada inclinación

En la pared de atrás
se desarrolla una escena del Juicio Final
¿ cómo se pesan las almas ?
ella pesa perlas tan sólo perlas

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